“Yo como mi Padre, sin móvil”
Esta
opción de no tener móvil de un buen amigo encierra en si , una magnífica interpretación del respeto a la
tradición. Porque cambiar lo que funciona. Estamos locos queremos ser Quijotes y cambiar y hacer
realidad la metáfora de los molinos que se parecen a gigantes, y arremeter contra ellos como nuestro insigne caballero andante. Pero
aprendamos que don Quijote nunca se enfrenta
contra metáforas del destino, su locura empieza con la toma de
conciencia de la realidad y no antes.
Una de las lecciones que
Cervantes nos da en su libro es que la vida tiene segundas partes y que no hay vida plena sin ellas, las
energías hay que liberarlas al servicio
de sí mismo y el respeto hacia los demás donde se incluyen los valores a la
tradición siendo muy importante la dualidad y la discrepancia Ambas se encarnan en la figura de Sancho que casi nunca pierde el sentido de la razón del pueblo
llano, la tradición las cosa bien hechas,
por derecho sin perder la ironía, “ese inútil y pobre
sentido común del pueblo” que ya dijera Umbral,
que las altas esferas aprovechan
para engallar al pueblo por el resto de los días por la necesidad de tener, de
dinero, de ser, de comunicarse, de aparentar.
Tenemos, entonces, una trinidad, lo que es, lo que debe de ser y lo que
será, más la dualidad de Don Quijote y de Sancho, pero ampliada al puto
teléfono móvil con internet. Una autentica locura. Imaginaos un Quijote con
IPhone que cojones de Quijote seria ese, todo el rato con la cabeza
agachada a lomos de Rocinante mientras
Sancho le pregunta “Hay cobertura” o “Dulcinea le ha puesto un Wassap”. Una
locura.
Si no ponemos remedio y afrontamos con lógica
propia de Don Quijote y de Sancho el
hoy, adaptando valores y conductas
tradicionales con respecto al uso de la
tecnología de comunicación personal,
estaremos acabados como especie. El hombre tiene y debe de ser libre. No caer en la trampa y ser
sumiso a la tecnología, en su uso debe privar la libertad y el libre albedrío,
de lo contrario, las maquinas, en definitiva la inteligencia artificial serán,
si no lo son ya, los dueños de nuestros destinos y en base a ellos, la raza
humana afrontará el mañana como esclava.
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